Fueron
charlando durante todo el camino de regreso. Petyr parecía muy interesado en
todas las historias que Rashara le contaba. Ella nunca se había planteado la
posibilidad de que su vida fuera algo que despertara ningún tipo de interés en
nadie. Viendo la cara del muchacho cuando hablaba de Desembarco o Altojardín,
se dio cuenta de que las cosas que le narraba eran totalmente nuevas para él.
Le preguntó cómo era la capital, si hacía calor allí, si había visto al Rey
Costra, si era verdad que en Altojardín las flores crecían por todos lados… Sin
embargo, él no dijo nada sobre dónde estuvo antes de regresar a Los Dedos ni
por qué había estado alejado de su hogar. En cierto modo, era un misterio para
Rashara.
Se
despidieron en los establos y quedaron para el día siguiente. Petyr prometió enseñarle a leer y escribir, aunque
eso iba a llevar bastante tiempo. Rashara era espabilada y confiaba en que
aprendería rápido y así se lo dijo. Se dieron la mano y Petyr subió a sus
habitaciones. Ella se encargó de los caballos y dirigió sus pasos hacia su
casa. Vivía en una construcción dentro del recinto. Entró a la habitación que
hacía las veces de cocina y comedor. Era la hora de comer y su madre se
esmeraba entre los escasos pucheros. La estancia olía bastante bien. «¡Hola,
madre, ya estoy aquí, lista para probar otra de tus exquisiteces culinarias!»
Ryene no se volvió como siempre hacía, sino que bajó la cabeza y apoyó las
manos sobre el poyo. «¿Qué pasa, madre? Me estás asustando.» Su madre se giró.
Tenía los ojos enrojecidos, como si hubiera estado llorando. «Rashara, no
vuelvas a salir del recinto, ¿me oyes? Los bosques no son seguros.» La chica no
entendía nada. No era la primera vez que se alejaba del lugar y su madre lo
sabía. «¿Cuál es el problema ahora? Llevo una pequeña espada para defenderme en
caso de que hubiera algún peligro.» Intuía que había algo más que una simple
preocupación por lo que le pasara en los bosques. «Me han dicho que has
regresado con el hijo de Lord Baelish. Ibas hablando con él como si fuerais
amigos. Incluso te han visto reírte y darle un golpecito en el hombro.» Rashara
se quedó callada. ¿Qué tenía eso de malo? Ryene siguió con su discurso. «Recuerda que tú eres sólo un mozo de cuadras y él un Baelish. No te tomes
confianzas y ni dejes que él se las tome contigo. Lo digo por tu bien.»
Uyyyy, aquí me huelo algo muy malo...
ResponderEliminarJejeje... ;)
EliminarWell, good to say that by her mom, but I think that Reyene isn't a lot nice with her daughter...
ResponderEliminarI wanna know more now, Rashara likes him and maybe he could start to like her, an hard story, he is the lord... can't wait!
Dora.
Rashara is clever, don't worry, hahaha.
EliminarYeaaah I'm more than happy about it :p
EliminarDora.
Hay me chocan esas trabas, puedo entender la preocupación de su madre, no por nada ha vivido más, solo quiere aconsejar a su hija porque sabe en sus adentros el peligro que es para ella el joven Petyr, pero tampoco veo nada de malo en su relación, parece que las cosas no serán fáciles para estos nuevos amigos. Gracias Athena, me está gustando mucho la historia, felicidades.
ResponderEliminarEn efecto, su madre tiene más experiencia ;)
EliminarPobre... No serán hermanos? O a ella la hicieron algo malo? Dudas, nervios... Más!!!!!!
ResponderEliminarCristina.
Jajaja, emoción, intriga, dolor de barriga... :P
EliminarMmmm... interesante reacción la de la madre... qué oculta???
ResponderEliminarYa me voy a leer enseguida... necesito saber qué sucede...
Xim a cuerda