Capítulo 15

Los días siguientes no se vieron. Lord Baelish estaba de muy mal humor por no haber sido invitado al torneo que Lord Whent celebraba en Harrenhal y lo pagaba con Petyr, prohibiéndole que saliera a cabalgar. Rashara no entendía qué tenía que ver eso con el muchacho, pero así estaban las cosas. 

Esa mañana su madre estaba dentro de la casa preparando unas telas para ser cortadas y bordadas. Era la experta en diseñar dibujos novedosos y originales y su trabajo la hacía muy apreciada. La muchacha entró en el edificio principal para buscarla. No sabía a qué hora iban a comer y no quería empezar a limpiar las sillas de montar si no le iba a dar tiempo a terminar antes de la comida. Sólo había estado dos veces allí, pero su madre solía tener una habitación para la costura en la zona más luminosa. Rashara confiaba en su memoria y orientación. Tras recorrer varios pasillos, allí estaba la puerta del cuarto de bordado. Entró sin llamar. No era el lugar que buscaba. O al menos ya no lo era. La estancia tenía unos muebles sencillos, entre los que destacaba una gran mesa situada estratégicamente debajo de la ventana. Sobre ella había un montón de pergaminos desordenados, plumas usadas y un tintero. Se dejó llevar por la curiosidad y se acercó a mirar. Algunos pliegos estaban arrugados y llenos de tachaduras. Cogió uno. Reconoció la letra de Petyr y leyó lentamente en voz alta: «Ca-te-lyn, te es-cri-bo des-de mi des-tie-rro en Los De-dos…» En ese momento entró él. «¿Qué haces aquí? ¡Dame eso, es privado!» Rashara se sorprendió por la reacción del muchacho, que le arrancó la hoja de la mano. «Yo… No era mi intención. He visto las letras y quería practicar mi lectura…» «Vete, por favor, necesito estar a solas. Perdóname, pero ahora no quiero hablar.»

Rashara salió de la habitación confundida. ¿Quién era Catelyn? El único nombre de chica que Petyr había dicho delante de ella era Lysa y la explicación sobre su identidad fue de lo más ambigua. La última vez que estuvieron en el bosque él abrió parte de la coraza que ocultaba su alma y su corazón. Algo muy desagradable tuvo que ocurrirle en Aguasdulces para que aún le afectara. El duelo era un misterio. ¿Sería por esa muchacha, Catelyn, o por la otra? Deseaba tanto ayudarlo…