En Los Dedos había vuelto a ocurrir lo
mismo que en Aguasdulces. Su amor por Cat no desaparecía y otra muchacha se
había enamorado de él, como pasó con Lysa. La apreciaba mucho, se había
convertido en su mejor amiga allí, eso era verdad. Pero no era amor, sino una
especie de necesidad por conectar con alguien en ese lugar horrible. No podía
negar que el beso que Rashara le dio fue muy dulce, quizás demasiado placentero
y al principio se lo devolvió… Pero la imagen de Cat se impuso. No pudo dejarse
llevar, su amor por ella continuaba siendo un peso demasiado grande en su
corazón. Recordó el juramento que hizo al salir de Aguasdulces: convertir a Cat
en su doncella de nieve. Sueños tontos e imposibles de cumplir. ¿Cómo iba a
hacer tal cosa cuando ella se marcharía a Invernalia y él seguiría en Los
Dedos? Rashara le había infundido una fuerza y una confianza en sí mismo que no
tenía cuando llegó. ¿Por qué no podía enamorarse de ella? Era una muchacha muy
válida y con grandes cualidades. El mundo estaba loco… Deseaba olvidarse de
Cat, pero no lo conseguía.
Fue
a su cuarto de estudio. Cogió una pluma y no pensó, sólo sintió. Pocos minutos
después dejó la pluma en sobre la mesa y leyó mentalmente lo escrito. Rellenó
dos pliegos con rapidez, las palabras le salían a borbotones. Ya estaba. No era
gran cosa, pero se desahogó. Dobló el folio en varias partes. Tomó otro en
blanco e hizo lo mismo. Decidió enviar el segundo y arrojar el escrito al
fuego. El maestre encargado de los cuervos le dijo que el mensaje llegaría en
pocas semanas. Se sentía liberado después de enviar la carta a Cat. ¿Qué
pensaría ella cuando la recibiera? Una misiva en blanco encerraba mucho más de
lo que parecía. Cat no entendería el mensaje, pero le daba igual.
Fue
en busca de Rashara. No había vuelto a verla desde el beso, hacía ya dos días.
Se sentía culpable por lo que le había dicho, pero no pudo evitarlo. Sus
sentimientos por Cat no eran algo que se borrara fácilmente. Necesitaba tiempo.
Sin embargo, Rashara lo había cambiado de alguna manera. ¿Podría convertirse
eso en amor en un futuro? Difícil afirmarlo. Todo lo ocurrido en Aguasdulces
era aún reciente. Rashara había malinterpretado sus señales, él se había dado
cuenta tarde. La joven pensó que él sentía algo por ella, por eso lo besó de
aquella forma. Cuando puso su boca sobre la suya, despertó el deseo en él, pero
la imagen de Cat como su doncella de nieve llenó toda su mente.
Fue a los establos. Ni rastro de la chica.
Preguntó a Tonel, pero éste le dijo que no sabía nada de ella con aire
taciturno. Allí estaba también Arty, que aún lucía una buena costra de sangre
en la oreja. Petyr recordó lo angustiada que encontró a Rashara tras su pelea
con el mozo y cómo venció su temor con rapidez. Era muy valiente. Arty lo
saludó con un movimiento de cabeza. «Buenos días, mi señor. ¿Necesitáis un
caballo?» Mostraba una sonrisa maliciosa que a Petyr no le gustó. Estuvo a
punto de preguntarle a él por Rashara, pero pensó que era mejor no nombrársela
a ese indeseable. Arty siguió hablando con un punto de descaro. «Si me
permitís, señor, habéis hecho muy bien al tomar esta decisión. Ya os dije que
era un problema.» Petyr no hizo mucho caso a lo que el mozo le dijo, sólo
deseaba ver a Rashara para darle una explicación y era obvio que allí no
estaba.
A punto de darse por
vencido, decidió ir directamente a ver a Ryene. La había visto temprano por la
casa principal con varios bultos de tela bordada. Una de las criadas le dijo
que la encontraría en la primera planta, en la habitación del fondo del
pasillo. Se dirigió hasta allí. Efectivamente, la mujer trabajaba en un bordado
muy complicado con la cabeza baja, cerca de la ventana. Se sobresaltó al ver a
Petyr. Éste creyó leer en sus ojos algo parecido al reproche. Se puso en pie e
hizo una reverencia. «Buenos días, señor. ¿En qué puedo ayudaros?» «Hola,
Ryene… ¿Dónde está Rashara? Hace dos días que no la veo y es ella la que
siempre me prepara los caballos.» «Rashara se ha marchado de Los Dedos. Pensaba
que vos lo sabríais.» Petyr se quedó pasmado. ¿Se había ido sin despedirse
siquiera al menos? ¡Imposible! «¿Pero por qué se ha ido y adónde? ¡No me dijo
nada!» Ryene volvió a sentarse. «Ni yo misma sé su destino, señor. Pero supongo
que el porqué lo podéis deducir vos mismo. Sólo os diré que se fue de aquí
llorando… y con el corazón roto.» El muchacho no sabía qué responder a eso.
Había destrozado la vida de Rashara, era culpable de la infelicidad de esa
maravillosa chica. Su existencia era despreciable, sólo servía para sufrir y
hacer sufrir. Él, Lysa, Cat… Nunca se desharía de su pasado. Estaba desanimado
por la marcha de la que consideraba su amiga y ya no había nada que hacer. Nunca sabría si podría haber sido algo más.
Dejó a Ryene y se fue a
su habitación. En ese momento salía de la misma una de las jóvenes que
arreglaban los dormitorios. Le hizo una reverencia nerviosa, como si la hubiera
sorprendido haciendo algo malo, y lo miró con una especie de gesto cómplice,
cosa que extrañó a Petyr. Entró totalmente deshecho. Iba a tirarse sobre la
cama cuando encontró en ella una bolsita de cuero cerrada y atada a un cordón.
Al abrirla, un largo mechón de pelo oscuro cayó sobre el colchón. Petyr lo
acarició y volvió a meterlo en la bolsita, apretándola con fuerza entre sus
dedos. Al menos tenía un recuerdo de Rashara.
FIN
DE LA PRIMERA PARTE
Ohhh, Rashara se ha ido. Es algo que no esperaba para nada, ¡me he quedado alucinando!
ResponderEliminarPerfecta esta primera parte, con muchas ganas de ver que pasa en la segunda ;)
Jejee, menos mal que hice retoques en el anterior capítulo, así ha sido una sorpresa :)
EliminarAhora vienen capítulos de transición, pero no menos importantes...
Ya sabía yo que con los comentarios me ibas a cambiar todo el esquema que me había montado en mi cabecita xD Lo cual me parece perfecto, así nos dejas a todo con la boca abierta.
EliminarJajaja... Ojo, que su marcha es parte del fic desde el principio, pero originalmente se lo decía a su madre en el capítulo anterior. Luego pensé que era mejor que el lector no lo supiera.
EliminarMe han influido más para que Arty volviera a salir ;)
Noooo, Arty noooo xD
EliminarXD Sólo salía en el capítulo del acoso, pero pensé que era mejor volverlo a sacar en otros y ha quedado mejor, ¿no?
EliminarOh, Rashara has left!!! Oh my! I wouldn't ever imagined that! wow!
ResponderEliminarAnd I liked Petyr's thought and even his courage to go to Reyene! And at the end the takes Rashara's hair, oh my, I can't imagine Rashara away! Sure next chapter will be hers! can't wait!
Btw, thanks because this has been longer! :)))
Dora.
Tomorrow you will see. I can't tell you anything ;)
ResponderEliminarOhhhhhhhhhhhh........ que pena... por qué???...
ResponderEliminarQué viene???... que angustia esperar hasta mañana por el siguiente capítulo.
:(
Xim a Cuerda
Vienen días tristes para Petyr :(
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarAy que se ha ido, SE HA IDOOOOOO. Me encanta la forma en que lo has cambiado todo, el giro de que ella huyera de ese dolor. Guau. Voy a por el siguiente. PD: Yo quiero que vuelva y que se quieran de amor.
ResponderEliminarCristina ;)
No podía ser tan fácil :'(
EliminarQue intenso, lamento que Rashara se fuera, oh destino cruel, se que superará el amor por Cat, tiene que hacerlo...
ResponderEliminar