Le costaba conciliar el
sueño. Aún notaba los labios de Petyr sobre su cara y sus brazos rodeándola.
Aparte de su madre, nadie jamás la había abrazado ni besado así, y menos aún un
chico. Había sido agradable tener contacto humano con alguien que no fuera su
propia madre. La emoción la embargó en ese momento y no pudo reaccionar. El
escudo que la protegía de los demás quedó debilitado en ese instante fugaz,
roto en mil pedazos. El contacto con otra persona la enterneció hasta lo más
profundo de su ser. Ni ella misma lo entendía: por una parte, prefería pasar
desapercibida, pero por otra deseaba que alguien la viera deseable y femenina. Cuando
estaba en los establos, notaba que Arty la rozaba de un modo que aparentaba ser
accidental, pero no lo era. A ella le producía rechazo. Arty era tres años
mayor que Rashara, tenía el pelo rubio ceniza y era bastante alto y fornido.
Muchas de las criadas que trabajaban con su madre andaban enamoradas de él; sin
embargo, a ella le parecía un simple. Era guapo, pero sólo hablaba de caballos
y no sabía leer. No la miraba con cariño, sino como si quisiera echarse encima
de ella y montarla como un semental a una yegua. Así fue siempre con todos los
chicos que había conocido desde que empezó a cambiarle el cuerpo. Sólo querían
meter sus lenguas en su boca y sobarle los pechos o el trasero, como hacían con
las mozas que se dejaban. Animales. Pero con Petyr fue diferente. El beso y el
abrazo fueron inocentes, no hubo intento de propasarse, sólo era una
demostración de cariño. Por esa razón le gustó y la confundió al mismo tiempo. Empezaba
a darle miedo lo que Petyr había despertado en ella.
Se levantó cansada después
de una noche en la que el sueño fue poco reparador. Su madre notó las ojeras
debajo de sus ojos. «Buenos días, Rashara. ¿Estás enferma? Tienes mala cara.»
Le pasó la mano por el pelo. «No, es que no he dormido muy bien.» «Pero no
estás sangrando, ¿verdad? Sólo te afecta eso para descansar.» Era cierto, lo
que pasaba es que no tenía su sangre y no sabía qué decirle a su madre. «La
verdad es que no tengo explicación. No quiero que te preocupes, madre.» Ryene
le puso las manos sobre los hombros y la miró fijamente. «¿Está ese muchacho
del establo molestándote?» Rashara se rió y le aseguró que tenía ese tema
controlado. «Además, si intenta propasarse, sabrá de lo que soy capaz. Sé
defenderme.» Terminó el desayuno y se fue a las cuadras.
Arty estaba sacando el
estiércol con una pala. La saludó guiñándole un ojo. A Rashara le resultaba
ridículo, aunque con otras chicas le funcionaba ese coqueteo. Ella le dio los
buenos días y tomó otra pala. Trabajaban hombro con hombro muchas veces, pero
ella mantenía las distancias y lo trataba con cordialidad, sin darle confianza.
Ya se la tomaba él o al menos lo intentaba. Esa mañana se le veía especialmente
chistoso. «Bueno, bueno, Rashara, me han dicho que últimamente sales mucho a
cabalgar. Si necesitas un buen caballo, uno bien dotado, no tienes nada más que
decírmelo…» La chica apretó los dientes para controlar sus ganas de darle un
puñetazo. «Tranquilo. Cualquiera de estos animales me satisface
intelectualmente mucho más que tú.» Él se quedó con cara de no comprender. «¿Intelequé? Mira, no te pases de lista conmigo, no eres más que un mozo de
cuadras como yo. Te las das de superior y me miras por encima del hombro y eso
no me gusta nada.» Arty la agarró del brazo y la obligó a darse la vuelta,
apretándole la muñeca para que tirara la pala. «Suéltame ahora mismo o te
arrepentirás, te lo advierto», amenazó ella. El muchacho la inmovilizó contra
la pared, sujetándole las manos y echándose encima. Rashara olía su aliento.
Apestaba a cerveza rancia y pensó en el aliento de menta de Petyr. «Venga, dame
un beso, sólo uno, y te dejo en paz. Sé que estás deseando…» Ella intentó darle
un rodillazo en la entrepierna, pero Arty fue rápido y la esquivó. «Vaya, si
tenemos una yegua salvaje en el establo.» Tenía su cara pegada a su mejilla. La
barba a medio crecer le pinchaba. «Arty, déjame en paz. Tienes a todas las
chicas guapas a tus pies. ¿Por qué te empeñas en perseguirme?» Él soltó una
risita junto a su oreja. «Me gusta domar fieras.» Con una mano sujetó las
muñecas de la joven mientras que con la otra le acariciaba la cara. Cuando
empezó a bajarla hacia el pecho, arrimó sus labios al cuello de Rashara y ésta
le dio un bocado en la oreja, mordiendo hasta sentir el sabor de la sangre de
Arty en su boca. El chico dio un grito cuando la soltó. Levantó el puño para
golpearla, pero ella detuvo el brazo poniendo los suyos por delante y dándole
una patada en la espinilla. Salió corriendo sin mirar y tropezó con Petyr. Éste
la detuvo. «¡Eh, veo que sigues sin mirar por dónde andas! ¿Adónde ibas como
una loca?» Rashara lo apartó y siguió su camino llorando.
Ay, ¡pobre chica! Me da a mí la sensación de que esto no va a terminar nada, nada bien.
ResponderEliminarCon muchas ganas de leer el siguiente!
Ha sido un mal rato, sí u.u
EliminarDios! casi he pasado miedo, pero has mantenido muy bien la tensión de la acción. He sufrido mucho por Rashara y no sé si Petyr va a hacer algo. Pero con mucha curiosidad de seguir leyendo.
ResponderEliminarJulia Stark
Me alegro de haber creado bien la sensación de inseguridad. Quería mostrar que Rashara, a pesar de todo, se puede defender, aunque sea dando mordiscos XD
EliminarOh, this is a chapter that I really want to know the continue, I must admit this is one of the ones I liked most. We know more about Rashara and er feelings, we even know a part of her life/day, Arty is terrible, that kind of person that makes you angry...
ResponderEliminarWell, she tries to avoid him, and she knows for sure that she likes Petyr...wanna know more! What will happen in the next chapter? Let's wait and see :)
Dora.
Well, I can see I created a lot of expectation with this chapter! Don't worry about Arty, he had what he deserved! XD
EliminarYes, you did! ah good! loool :p
EliminarAyyy!!!... Desgraciado Arty. Rashara es mucho mejor que él...
ResponderEliminarYa espero el siguiente!!
Gracias preciosa.
Xim a Cuerda
El típico machito...
EliminarVaya jaja revisé varias veces dije ah cuando sucedió ese encuentro de Rashara y Petyr jajaa, ya vi que quedó como una memoria jeje, genial forma de mantener el interés.
ResponderEliminarArty, vaya hombre, como se atreve a someter así a Rashara, seguro Petyr lo pone en su lugar si se entera jeje, bueno vemas que sucede, besotes y gracias Athena.
Jaja, claro, ella sabe que mastica menta y por eso piensa en que su aliento huele así y no a cerveza agria :P
EliminarSabes que pasó Athena que andaba alucinando con que algo más había pasado entre ellos jaja, es mi mente que me traiciona jajaj, besotes.
EliminarArty es nombre de chulo jajajajaja, esa chavala vale un imperio, me gusta. El pobre Meñique siempre llegando a destiempo en lo que al alma se refiere. Ainssss.
ResponderEliminarCristina.