AVISO

Este fic contiene especulación y recreación de hechos del pasado y mucha ficción. Todos los personajes y lugares pertenecen a G.R.R. Martin, excepto los creados por mí.

jueves, 20 de junio de 2013

Capítulo 44


A los pocos meses ya controlaba el trabajo como Consejero de la Moneda, parecía hecho para él. Su único papel era proveer de dinero al rey Robert para sus dispendios: fiestas, cacerías, torneos… Nunca le preguntaba de dónde salía; sólo lo pedía y lo gastaba como si apareciera por arte de magia. Petyr había hecho auténticos juegos malabares para pedir préstamos al Banco de Hierro de Braavos a un bajo interés. Llegaría un momento en que las cuentas no cuadrarían, pero algo le decía que ya no estaría en el cargo cuando eso ocurriera. Su destino era otro, uno más alto. Eso era algo muy lejano, pero las experiencias le habían enseñado a ser muy paciente. Muchas veces se quedaba mirando el Trono de Hierro y contaba sus espadas, una a una. Decían que estaba hecho con mil, pero eso era mentira. Las había contado y no había más de doscientas, cantidad nada desdeñable por otra parte. 

En cierta ocasión en la que contemplaba el trono, justo cuando acababa de tomar posesión de su cargo, fue sorprendido por el Consejero de los Susurros, Lord Varys. Al principio le infundía respeto. Recordaba que Rashara le había contado cuál era su papel en el reino y eso lo hacía un hombre peligroso. Al poco tiempo fue conociéndolo mejor y se percató de que era un rival a tener en cuenta, pero él supo ponerse a su nivel. Mantenían una relación de cordial enemistad, en donde cada una de las frases que se decían siempre tenía un doble sentido. Lord Varys le repetía que estaba encantado de haber encontrado a alguien con una conversación inteligente. Petyr no se dejaba deslumbrar por las alabanzas de La Araña. Siempre estaba alerta, vigilando sus movimientos en la sombra y los de sus pajaritos.

El resto de personas de la corte le traía sin cuidado: Robert era un borracho simpático; Cersei una ambiciosa que odiaba a su marido; Jon un viejo algo suspicaz; el maestre Pycelle un anciano que había conocido mejores tiempos. En cuanto a la Guardia Real, Ser Barristan Selmy era la única persona íntegra para Petyr, mientras que a Ser Jaime, hermano de la reina Cersei, le sobraba orgullo por todos lados. Sospechaba que entre los hermanos había algo más que una relación fraternal. Era una información sin confirmar, pero el tiempo le daría la razón, estaba seguro. Mientras tanto, él trataba de pasar desapercibido. Lysa reclamaba su compañía muy a menudo las primeras semanas, y Petyr siempre tenía alguna excusa para evitar la mayor parte de los encuentros. Por su culpa estaba lejos de Rashara, de la que no sabía nada por decisión propia. Estaba convencido de que ella no le había perdonado lo ocurrido, su encarcelamiento y posterior abandono, aunque era lo mejor para que ella pudiera seguir viva. Sin embargo, no manifestaba sus sentimientos. Sonreía con aparente despreocupación, aceptaba los desafíos dialécticos de Lord Varys y cumplía de vez en cuando con Lysa. Afortunadamente, el último embarazo había dado como resultado un niño muerto y ella no estaba muy alegre para relaciones íntimas.
Ese día era como los demás, rutinario y aburrido: consejo real para hablar de lo de siempre y de allí a su casa. Hacía días que una idea le rondaba la cabeza y decidió llevarla a cabo. En Desembarco no podía desviar dinero de su trabajo a cuentas personales con tanto descaro, así que decidió invertir en algún negocio. Tenía ahorros de su época en Puerto Gaviota. Sabía que en la ciudad portuaria lo más seguro eran las inversiones en asuntos comerciales, pero en la capital no. Una frase de Robert mientras estaban reunidos le dio la idea. El rey, con la lengua algo suelta por la bebida, había dicho que en Desembarco sobraban hombres a su alrededor y faltaban mujeres sobre él. Todos rieron la ocurrencia y le dieron la razón y a él se le iluminó la mente. Por la tarde visitó algunas casas de mala fama de las que había en Desembarco y le parecieron deprimentes. Eran pocas e insalubres. En cada una de ellas se le ofrecieron mujeres de aspecto horrible, sacos de enfermedades venéreas de todo tipo. La clientela estaba al nivel de las prostitutas. En el fondo estaba espantado con lo que veía, pero pensó que era mejor invertir en mujeres que en barcos. Al menos ellas no se hundían. De regreso fue rumiando sus proyectos de futuro: comprar los burdeles de la ciudad y darles otra categoría. Estaba seguro de que su inversión sería un éxito a pesar de que le asqueaba el tipo de negocio. Pero en Desembarco había un grado de corrupción aún mayor que en Puerto Gaviota, así que su proyecto no desentonaría con su cargo como Consejero de la Moneda.
Tras su periplo por los barrios bajos de Desembarco, llegó a su casa. Nunca la llamaba hogar. Allí no había nada que hiciera ese lugar acogedor. Era un reflejo de su nuevo yo: correcto, pero frío. Sin embargo, cuando quería sentir que aún quedaba algo del antiguo Petyr, iba hacia un armario que cerraba con llave, sacaba un pequeño cofre y lo abría. Se pasaba horas contemplando lo que guardaba en él: unos bocetos de su broche y un mechón de pelo oscuro. 

FIN

11 comentarios:

  1. Ohhh...!!!!!...realmente quiso a Rashara... y aunque se alejó por mantenerla a salvo, la extraña.
    Me encanta!!!...
    Xim a Cuerda

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  2. Y aquí tenemos ya al Petyr que todos conocemos. Quizás le queda aún ese puntito de crueldad que tanto le caracteriza ahora ;)

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  3. Magnifico.
    I had to say it in my laungage. I love it, I loved the story and every chapter of it.
    If Petyr's story was that, it would have been really wonderful, interesting, with love, sadness and also the other things.
    I love it, really thankyou.
    And the fact that you added some of his actual ideas, amazing, but... the final... that is perfect. I love it.
    Thankyou again :)

    Dora

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  4. Magnífico último capítulo. Ya empieza Petyr con sus conversaciones maravillosas con Varys y ha calado a todos los personajes a la primera. Me ha sorprendido que a Petyr no le gusten los lupanares, pero le dan mucho oro.

    Me ha encantado toda la historia. Está genial.

    Julia Stark

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  5. ¡Gracias a todas! Mañana el epílogo, no os lo perdáis :) Aún no se ha dicho todo, jejejee...

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  6. Ay ay ay aya ay aya ayyyyyy AAAAAAAAAAAAA. Qué me he muerto con este capítulo, se sale, y cómo lo colocas y cómo lo unes todo. Maravillada, absolutamente.

    Y sale Cerseiiiiiii, jajajaja y Hablan de Jaime y de lo de su posible idilio, qué buenoooooo, qué grande!!!!!! Chica, yo creo que se nota que me ha encantado. Mañana el epílogo ;)))))

    Cristina.

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  7. T-T que final, llegamos a ese punto, donde Petyr es meñique, que triste historia, bueno fue linda, pero su separación de Rashara es algo que no puedo superar, lo de Lysa ya quedó ahí, él jamás le pertenecerá por más que ella quiera, como mencionan la amo y fue feliz, queda ese hermoso recuerdo.
    Gracias por un hermoso fanfic Athena, un abrazo y espero Petyr logre esa ansiada felicidad de manera permanente, besotes.

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  8. Dios! Me lo he leído en dos días, primero la primera parte de esta historia en Riverrun y ahora este, te dije que cuando pudiese te dejaría un comentario y aquí estoy.

    Luego me dicen que porque odio a Lysa, es que esa mujer es obsesiva! así no se puede ir por la vida.

    Me da mucha pena Rashara, había conseguido que pudiéramos ver la mejor versión de Petyr y siempre por culpa de Lysa, por culpa de Lysa tiene ese amor/odio a Cat (amor porque la quiere y odio porque quiere cargarse al hombre que esta con ella) y ha dejado a Rashara

    Ha estado genial ^^ capítulos cortos y fácil de leer. Fantástico de verdad, enhorabuena ^^

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    1. ¡Madre mía, jajaja, qué empacho! Muchas gracias, guapa.

      Lo de Lysa es que es, uf... Vale que lo pasó mal, pero sabemos que lo suyo por Petyr es enfermizo.

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