A pesar de que no le agradaba la idea,
Lysa tuvo que acudir finalmente a Lord Varys. Clem no había conseguido mucha más
información sobre la misteriosa Alyn. Si era verdad que La Araña sabía todo lo que ocurría en los Siete Reinos, no le sería
difícil desentrañar el misterio que rodeaba a esa joven, encontrar algún punto
débil en ella y usarlo en su contra.
Lord
Varys estaba en una habitación que hacía las veces de despacho personal. Cuando
Lysa entró, un muchachito despeinado y descalzo salió despedido de allí. Era
uno de los pajaritos, estaban por
todas partes. Lord Varys la saludó con una reverencia y le indicó un asiento. «Lady Arryn, es un honor tenerla aquí. ¿Qué puedo hacer por vos?» Lysa se
aclaró la garganta. El embarazo le daba una sensación de sed continua y pidió
un poco de agua. Una vez que bebió, comenzó a hablar. «Estoy aquí porque
necesito de vuestra ayuda para un asunto personal.»
La Araña se sentó y unió las manos
bajo su barbilla con aire satisfecho. «Lo que me digáis no saldrá de aquí. Os
doy mi palabra.» «¿Y cuánto vale esa palabra?» Lord Varys sonrió. «Para vos,
nada. Es un placer servir a la esposa de la Mano del Rey. Es más: siento hasta
curiosidad por lo que me vais a pedir y eso es para mí una diversión. Me aburro
tanto aquí, sin nadie con quien charlar…» Lysa expuso su caso. «Hay cierta
persona en Puerto Gaviota cuya identidad me interesa. Se trata de una mujer de
unos veinte años, con el pelo castaño y liso, que trabaja de ayudante de un
afamado orfebre de la ciudad, un tal Ollyan. Aquí tenéis más sobre ella.» Le
alargó un folio que el hombre leyó con atención. «No sé su nombre real, pero
usa el de Alyn actualmente», comentó Lysa. «Mmmm… son pocos datos, pero veré
qué puedo hacer. De todas formas, ese nombre no es desconocido para mí. Tuve un
pajarito que lo usaba para obtener
información que yo compraba. Incluso siguió proporcionándome suculentos
susurros durante la guerra. Sabía que Alyn no era su nombre real, pero eso me
daba igual.» Lord Varys se quedó pensando. «A lo mejor estamos hablando de la
misma persona, la descripción coincide, aunque hace muchos años llevaba el pelo
corto. Sé que suena imposible, pero las casualidades existen.” Lysa volvió a
beber agua. «Entonces, si es la misma persona, ¿trabajó durante la guerra para
los Targaryen?» «En efecto. Esta muchacha estuvo aquí, en Desembarco, hace
mucho tiempo, cuando era una cría. Después se desvaneció. Siempre sospeché que
su madre huía de algo o de alguien. A pesar de usar un nombre tan neutro como
Alyn, su aspecto era de dorniense.» «¿Y qué hacía por aquí?» preguntó Lysa. «Ya
os he dicho que no lo sé, pero no tenía padre y eso puede darnos una pista: con
toda probabilidad era una bastarda de algún hombre importante de Dorne. El caso
es que, tras años sin saber de ella, apareció de pronto durante la guerra, pero
esta vez sola. Me ofreció sus servicios y, de hecho, fue ella la que me informó
de las intenciones de Lord Tywin de saquear Desembarco. Una pena que Aerys no
me hiciera caso y abriera las puertas al Lannister.» Lysa sonrió con aire
sibilino. Era un golpe de suerte inesperado para hacer un trabajo limpio,
incluso legal… «Entonces, si espió para los Targaryen en tiempos de guerra y ella
misma era dorniense, se la puede acusar de traición a Robert, ¿no?» Lord Varys
soltó un bufido. «Un momento, Lady Arryn. Yo también trabajé para Aerys y sigo
en mi puesto. Si empezamos a acusar a todo el mundo de haber estado de un lado
u otro durante la guerra, esto se haría interminable. Además, nuestro actual
rey, Robert, fue misericordioso incluso con el Matarreyes y Ser Barristan Selmy, miembros ambos de la anterior Guardia Real.» Lysa soltó una carcajada. «¿Teméis por vuestra vida, Lord Varys? No os preocupéis.
Robert conoce bien vuestros servicios. El caso de esta chica no es comparable
con el vuestro… Me gustaría que se tratara con cierta… discreción.” La Araña se levantó con parsimonia. «Os
he dicho que mi trabajo no os iba a costar nada, que sólo necesito saciar mi
curiosidad. ¿Qué tenéis en contra de esa mujer?» Lysa se puso tensa y la
sonrisa se le borró del rostro.» «Se ha apropiado de algo que me pertenece.
Confío en que la detendréis acusándola de espionaje. Y quiero que sea cuanto
antes.»
Ya sabía yo que algo de esto iba a pasar. Y tiene todo el sentido del mundo porque ya sabemos en lo que se va a convertir Petyr.
ResponderEliminarLo que más rabia me da es que Lysa es capaz de aliarse incluso con Lord Varys (un hombre del que desconfía y al cual teme) solo para acabar con Rashara. Despreciable.
Ahora la odio aún más que antes.
Crazy love. Eso es lo de Lysa.
EliminarOh bad, bad Lysa... Varys is dangerous... but I think he couldn't hurt Rashara just because Lysa asked him... I don't know... it will be harder now...
ResponderEliminarDora
He will do that Lysa commands :(
EliminarLysa...grrrrr... ya casi tiene a Rashara!!!!!. Maldición!!!! ella debería desaparecer. Que ser más despreciable.
ResponderEliminarXim a Cuerda
Ay que mirada sucia que tengo que al salir despeinado el muchacho de donde Varys me he ido por otros derroteros, jajajaja.
ResponderEliminarSale jaime: "- Me llamo Jaime", me encanta, jajajaja, me encanta como hilas las cosas, como las cuentas, ME ENCANTA.
y la loca ¡¿WTF?! "Se ha apropiado de algo mío". la gente no pertenece, la gente acompaña; mira que entiendo que el amor puede doler y que tú quieras y no te quieran es jodido, pero vaya... Ainssss.
Cristina ;)
Malvada Lysa, está pero mal, a ver que pasa con nuestros enamorados ante tal amenaza.
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