Los golpes en la puerta lo sacaron de un
sueño profundo. Al abrir los ojos se percató de que aún era de noche. Medio
dormido, salió a ver quién llamaba con tanto apremio. Era Ollyan. «¡Señor, se
han llevado a Alyn, han entrado por la fuerza y se la han llevado!» Petyr trató
de calmarlo porque no entendía nada. «¿Cómo? ¿La han secuestrado? ¡Debéis
calmaros!» Dejó al hombre entrar en la casa y le ordenó que se sentara.
Encendió una vela y le sirvió un poco de vino. «Dos hombres de las fuerzas del
orden han venido esta medianoche, llamando a gritos a Alyn. Apenas he abierto
un poco la puerta y han entrado, tirando todo a su paso y exigiendo que ella
saliera. La han encontrado escondiéndose debajo de su cama, la han sacado a
rastras y se la han llevado tal y como estaba, en camisola. ¡Ella no ha hecho
nada! ¡Ni siquiera me han explicado por qué se la llevaban!» Ollyan empezó a
llorar, mesándose la barba canosa. Petyr apretó los dientes con rabia. Olía a
algún ardid de Lysa, un sexto sentido se lo decía. El hombre que los seguía
había desaparecido de sus vidas justo cuando quiso investigar algo sobre él y
eso le hizo bajar la guardia. «¿Está en las mazmorras de la ciudad?» El orfebre
se encogió de hombros. «No lo sé, pero es lo más lógico. Por favor, señor, sois
su amigo y tenéis influencia aquí. Os ruego que vayáis y la saquéis. Ella es
una muchacha inocente, no ha hecho nada. ¡Tiene que ser un error!» «Seguro que
sí. Quedaos aquí esta noche. Voy a ver si averiguo algo.»
Salió
corriendo hacia las dependencias judiciales de Puerto Gaviota. El lugar estaba
abierto todo el día, era el único edificio que conservaba las luces encendidas
en toda la calle. Entró y se identificó como el jefe de aduanas. El hombre que
le atendió no dio muestras de estar impresionado por su cargo y ni siquiera se
dignó a mirarlo. «Muy bien, señor jefe de aduanas. ¿Está aquí por…?» Petyr respiró hondo ante el descaro del funcionario de la prisión, pero mantuvo el tipo y quiso dejar claro que esa actitud no iba a frenarle en sus pesquisas. «Se ha
cometido una injusticia. Han detenido a una joven inocente y vengo a que se me
expliquen las razones.» El funcionario le preguntó el nombre de la acusada. «Alyn. No sé su apellido. Trabaja con Ollyan, el orfebre.» «Ah, sí… Aquí está su orden de detención. Ha sido
acusada de espiar durante la guerra a favor de los Targaryen.» «¡Pero eso es
ridículo!», exclamó Petyr con indignación. «Pues aquí dice eso. Y las órdenes
vienen de muy arriba.» El hombre le enseñó el folio señalando el sello al final
del escrito: la Mano del Rey. Había acertado, era cosa de Lysa. ¿Hasta cuándo
iba a soportarla? Nunca se iba a librar de ella, nunca. Ahora lo tenía entre la
espada y la pared. Y lo peor era que la vida de Rashara dependía de él. Tenía
que usar todo su ingenio para salvarla de la ira de Lysa antes de que fuera
demasiado tarde.
Maldita Lysa.... lo consiguió!!!
ResponderEliminarAhora todo depende de Petyr....espero que logre librar a Rashara y de paso liberarse de Lysa para siempre. Excelente
Xim a Cuerda
Ay, una pequeña esperanza surge aquí. Después de todo Petyr es muy listo y podría salvar a Rashara... pero algo me sigue diciendo que esto va a salir mal y por eso Petyr se volverá malo D:
ResponderEliminarCon lo que me gusta Rashara...
la mato a la loca, ¡la mato y luego salto sobre su tumba! esa piva es el mal. ves, ahora necesito ya el capítulo 41 y me tengo que esperar a mañana, jajaja. Me chifla.
ResponderEliminarCristina
Oh no!!!!! :( Bad, terrible Lysa! Poor Rashara! she doesn't deserve it and I'm sure Petyr feels guilty :(
ResponderEliminarBtw, great chapter, I liked it a lot, it opened again a good insterest in it, now we only can wait.
Great, really :)
Dora
Esto le va a costar muy caro a Petyr, no entiendo que hacía Rashara durante la guerra, quién es su padre, esto es muy misterioso, a ver como se libra de este embrollo nuestro amigo.
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