AVISO

Este fic contiene especulación y recreación de hechos del pasado y mucha ficción. Todos los personajes y lugares pertenecen a G.R.R. Martin, excepto los creados por mí.

miércoles, 5 de junio de 2013

Capítulo 29



Durante dos meses, la vida de Petyr cambió. Estar con Rashara le había hecho olvidar sus aspiraciones de ir a Desembarco. Se conformaba con su puesto en las aduanas y estar con ella. Cat seguía en su pensamiento, como una meta inalcanzable e imposible. Continuaba adorando su persona a pesar de todo, era un ideal lejano y asumió que nunca desaparecería del todo de su corazón. Sabía que el primer amor jamás caía en el olvido, pero no era infeliz por ello. Cuando estaba con Rashara, su mente estaba entregada por completo a la joven dorniense y el recuerdo de Cat apenas aparecía. Por otra parte, en ese tiempo no recibió ninguna carta de Lysa. A lo mejor había tenido por fin un niño y se había olvidado de él, cosa que no lamentaba. Después de años, podía decir que era dichoso.

            Se veía prácticamente a diario con Rashara. Él le entregaba las cartas de su madre y enviaba las suyas a Los Dedos. Disfrutaba con ello tanto como con la cara de la muchacha cuando leía alguna de las misivas de Ryene. Muchas veces comían juntos y las tardes las pasaban cerca del puerto, viendo la puesta de sol mientras compartían un cuerno de cerveza ligera y algo de comida. Luego se despedían en la puerta de la tienda del orfebre con un largo beso. Se dio cuenta de que no necesitaba nada más y que sus deseos de grandeza eran tonterías de niño despechado.
            Esa tarde decidió invitar a Rashara a cenar y así se lo dijo a mediodía. Estaba nervioso porque quería hacerlo bien. Arregló la casa como mejor supo y compró vino rojo de Dorne y comida ya preparada en una de las mejores tabernas de Puerto Gaviota. Dispuso la mesa con mimo y esperó a que se hiciera la hora. Rashara llegó puntual. Petyr se quedó boquiabierto ante lo bella que estaba. Llevaba el pelo suelto y un vestido magenta, sencillo, pero que resaltaba su cuerpo. Se había puesto un poco de color en las mejillas y en los labios y olía a azahar, una esencia que Petyr sabía que era cara. ¿Merecía él todo eso? A veces se sentía culpable.
            Se besaron brevemente y tomaron un poco de vino. Rashara movía la copa entre sus dedos, nerviosa, y no paraba de hablar con un poco de temblor en su voz. «Tengo algo para ti.» Le tendió un paquetito primorosamente adornado a Petyr. «¿Qué es? Hoy no es mi Día del Nombre.» «¿Es necesario que sea un día especial para hacer un regalo a la persona que amas?» Aquello impresionó al chico. «Me ama. Es un sentimiento auténtico, poderoso. Como ella.» Lo desenvolvió con cuidado y descubrió que era el broche del sinsonte. Estaba hecho en plata y era pequeño, pero no le faltaba detalle. El pajarillo, posado en una rama, presentaba sus alas plegadas y una hermosa cola, mientras la cabeza giraba hacia un lado. «Es una maravilla, no tengo palabras. Sencillamente perfecto. ¡Eres una artista!» Ella se lo colocó en el cierre de la túnica. «Lo ha hecho Ollyan siguiendo mi diseño. No quiero que lo pagues. Como te he dicho, es un regalo.» Lo miró con orgullo. «Te queda muy bien. Me alegro de que te guste. He puesto todo mi amor en él…» Petyr no la dejó terminar. La besó con fuerza mientras la abrazaba. Rashara se apartó riendo. «¡Eh, no quiero que la cena que has preparado se enfríe, jajaja!» Él asintió y la invitó a sentarse a la mesa.


            Charlaron de cosas sin importancia mientras comían. A Petyr le encantaba oírla narrar las anécdotas que le ocurrían con el orfebre. Lo que le intrigaba era todo lo que le pudo ocurrir durante la guerra de Robert. «¿Por qué no me cuentas nada sobre tu vida cuando te fuiste?» «Bah, es algo aburrido, en serio.» Pero Petyr intuía que no había sido del todo así. Prefirió no insistir para no deslucir la velada, que estaba siendo perfecta.
            Tras los postres, se sentaron en un pequeño mueble alargado lleno de almohadones. «Es tarde, debería irme ya. Ollyan empezará a preocuparse.» Petyr le agarró la mano. «Quédate esta noche. El orfebre no tiene razones para temer por ti. Sabe que estás conmigo y que yo no permitiría que nada te pasara.» La miró fijamente, sonriendo con picardía. Ella negó con la cabeza. «En serio, no puedo, yo…» Petyr tomó su cara y la besó con pasión, poniendo lo mejor de él sobre su boca. Se separó un poco de ella. «¿Todavía quieres irte?», le preguntó tocando los labios de la muchacha con su dedo. Sabía cómo ser persuasivo. Rashara respiraba con agitación. «N-n-no… no lo sé…» Volvió a besarla, esta vez acariciándole la espalda y metiendo los dedos por su pelo suelto. Rashara lo abrazó y lo dejó hacer. Él la recostó con cuidado sobre los almohadones sin dejar de besarla y empezó a desabrocharle los botones del vestido, buscando la piel entre la tela de su camisola interior. Ella le pidió que fuera más despacio. «¿Eres virgen, Rashara?» La joven dijo que sí, avergonzada. «¿Por qué te sonrojas? Ojalá yo también lo fuera…» Posó sus labios sobre el largo cuello de ella, oliendo el azahar, y después pasó la lengua por su garganta. Rashara lo apartó un poco y le quitó el broche para abrirle la túnica. Petyr respiró hondo. Nadie había visto su cicatriz, sólo las hermanas Tully. Ella lo interrogó con los ojos y él hizo un gesto afirmativo. Desabrochó los botones con lentitud. Una línea rosada resaltaba sobre la piel ligeramente morena, interrumpiendo el crecimiento del vello. Rashara lo besó con ternura mientras que Petyr le acariciaba la cabeza. Después se fundieron en un abrazo y sus bocas se encontraron. A partir de ahí, todo se precipitó. Sin saber ni cómo, ya estaban desnudos, él sobre ella, gimiendo y moviendo sus cuerpos al ritmo de una música que sólo ellos escuchaban. Mientras le lamía los pechos, Petyr entró en ella despacio, casi temeroso, pero Rashara le instó a hacerlo con decisión, porque lo deseaba. Gritó al principio por el dolor, luego por el placer. Puso sus piernas alrededor de las caderas de Petyr, invitándolo a empujar. Él, alentado, lo hizo mientras la besaba en la boca. Le excitaba la manera en que Rashara le hundía los dedos en la espalda y en las nalgas al tiempo que él metía la lengua en su boca. No pudo contenerse y, aumentando el ritmo, se derramó en ella. La muchacha continuó moviéndose, puesto que aún no estaba satisfecha, alcanzando el clímax poco después con un gemido profundo.
            Se quedaron inmóviles, agotados y sudorosos, piel sobre piel. Petyr estaba impresionado con la experiencia. A Cat la tuvo entre sus brazos en medio de la inconsciencia de la leche de la amapola y con Lysa todo fue muy rápido allá en Aguasdulces. Con Rashara fue como una primera vez. Se recostó junto a ella. «Déjame que te mire desnuda. No he podido contemplarte con tranquilidad.» Ella se tapó como pudo. «¿De qué te avergüenzas? Tienes un cuerpo precioso.» No era blanca como las Tully, sino cetrina, un color propio de las gentes de sur. Tenía un vello muy oscuro entre las piernas, que en ese momento cerraba con pudor. Él le pasó los dedos por allí y ella los apartó, riendo. «¡No seas travieso!», dijo cubriéndose con el vestido que recogió del suelo. Petyr le dio un beso pequeño en la nariz. «Creo que te quiero, Rashara.»

11 comentarios:

  1. Magnífico. me ha encantado, por fín Petyr y Rashara muestran su amor/cariño. Tengo curiosidad por lo que hizo Rashara antes de llegar a Puerto Gaviota.

    Sigue así

    Julia Stark

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    1. Bueno, una alegría en la vida de ambos. Lo de Rashara, pues... e.e

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  2. "Creo que te quiero, Rashara"???... Nooooo.... cómo destruye ese momento con un "creo"...
    Casi muero de la impresión... pero que encantador capítulo!!!..
    Me voy feliz con esta lectura.
    Xim a Cuerda

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    1. Jajaja, porque hasta él mismo está sorprendido de lo que siente, Ximena. Él pensaba que no amaría a nadie más que a Cat y, de repente, siente algo por otra chica :)

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  3. Ay que me encanta cómo ha sido, que bonitoooooooo. Ya verás cuando se entere Lysa, a esta la mata. y más vale que le de leche de la amapola o la otra la matará embarazada jajajaja. Hala, puesta al día con la lectura y los comentarios. Gracias mi Lady ;)

    Cristina.

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  4. <3
    I don't have words. This has been amazing, and the last sentence... oh my <3

    Dora

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  5. Ay dios mío, me has hecho fangirlear como una loca con este capítulo, que maravilla.

    Es todo precioso, simplemente. Te ha quedado muy bien, y eso que tú le tienes cierto respeto a escribir escenas sexuales xD Pero la verdad es que no sé porqué, ya que las describes estupendamente.

    Voy a por el siguiente :D

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    1. El fangirleo es lo que pretendo con este fic e.e Y veo que funciona. Martin, contrátame para redimir a Petyr,jajaja.

      Lo de la escenita es que me parecía que pegaba. Que se lleve una alegría, leñe. Gracias por tus palabras. Creo poder decir que en mi descripción no ha tenido ninguna influencia nuestra amiga la de los fruncimientos :P

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  6. Que tierno, creo que los lectores esperábamos verlos felices, han pasado tantas cosas que ya les tocaba disfrutar de su amor, honestamente creo que es amor genuino y puro, desearía que estuvieran juntos por siempre, pero algo me dice que no será así, pero bueno, no pensaré cosas raras jeje, por ahora me fui a la ensoñación con este par de enamorados, gracias Athena.

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